Mantener un buen estado nutricional es fundamental para evitar complicaciones derivadas de esta enfermedad. Debemos llevar a cabo una dieta equilibrada, baja en sodio y sin alcohol. Es recomendable fraccionar las ingestas en 5 o 6 tomas a lo largo del día, evitando así los grandes volúmenes de comida. También es importante el consumo de fibra para prevenir el estreñimiento.
En lo referente a los cuidados en la eliminación intestinal, debemos asegurar una deposición diaria. Si esto no es así, es posible que precisemos la ayuda de laxantes orales y/o lavativas (enemas). Estos van a evitar la absorción intestinal de las toxinas presentes en las heces.
Por último, es esencial recordar que los cambios en el hígado interfieren en la estructura y funcionamiento normal de un órgano tan importante como la piel. Por ello, va a ser vital prevenir golpes y lesiones (cepillo suave, maquinilla eléctrica, cremas hidratantes, etc.).
http://www.scdigestologia.org/docs/patologies/es/guia_cuidados_pacientes_familiares_cirrosis.pdf
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